Les hablo de una tierra lejana y generosa donde la cordillera, luminoso perfil, saluda a los viajeros que son tan bienvenidos que olvidarán la hora de llegar y partir. Mirando el calendario veo parques y flores, veo gente en las calles, del trabajo a marchar los camiones vestidos para las poblaciones con verduras sonrientes, con regalos del mar. Chile, quisiera cantarte una copla feliz. Mira lo que han hecho de ti, mi país. Tiene que haber un cielo que se convierta en brazos para hacer de esta historia una historia feliz, en brazos que se atrevan a vengar los dolores de cuerpos que caminan sin hablar, sin reír. Tres años son mil días de amor y de confianza, la mano en el arado labrando el porvenir. Allende de los Andes, más temprano que tarde volverá a la Alameda a cantar para ti.