Marcos Mundstock: En lo más profundo de mi pecho un solemne sentimiento vive ya. Sentimiento de lealtad, y de respeto, que en este grito de mi boca brotará: ¡Te amo, María Cristina! Todos: Siempre guardo el recuerdo de aquel día, aunque nunca comprendí lo que ocurrió. Mi amor le declaré a María y ella entonces se ofendió. Caminábamos por un bosquecillo, alegres cantaban los pajarillos Pío, pío. Carlos Núñez Cortés: Saltamontes, abejas y cigarras, Gusanillos, luciérnagas y grillos, Abejorros, libélulas, mariposas… Todos: Revoloteaban en torno a nuestro afecto. Y le dije con voz temblorosa: "¡Este sitio está lleno de insectos!" Con dulzura le pedí que se acercara, su mirada desvió tímidamente, y, para lograr que me mirara, yo le dije: Marcos Mundstock: ¡Vista al frente! Todos: Era hermoso caminar enamorados… ¡Un, dos, un, dos! ¡Quier, deré, quier, deré! ¡Quier, quier, te quier, te quier… te quier much! Con intensa pasión le dije entonces: Marcos Mundstock: ¡Abrázame! Con la tarea indicada ¡comenzar! Todos: Y María obedeció tiernamente Marcos Mundstock: ¡Besadme, hacedlo... ya! Todos: Nunca pude comprender lo que ocurrió, y por eso mi relato aquí se cierra, nunca supe por qué causa se ofendió, cuando le dije, cuando le dije… ¡¡¡Cuerpo a tierra!!!