Lo pensó dos veces y se marchó como una frutilla su corazón siempre el mismo rollo con los parientes. Me dejó unos discos en el placard un reloj de plata y un samurai todo detallado en un expediente. Y allí va, parte del aire y allí va en libertad Música de grillos del Paraná cada enero nuevo se hacía escuchar como un buen presagio de las comadres. El amó una estrella en su soledad y una noche antes de navidad recortó los cables