Es imposible que las olas quemen todo el recuerdo en nuestros pies llenos de cosas diarias, mundos y sueños. La cal reluce hoy frente al ardiente sol y oigo eso: sólo son aquellos días del amor. Tú te empeñaste en que el amor se alcanzaba con tus juegos. Yo te enseñé que amarse es toda mi verdad sin tu miedo. Mas no tuviste fe. Con un violento adiós sólo dejaste cal: tus huesos fríos junto al sol. En el amor no basta el cielo de una aventura de rosas. Nací desnudo. Amarse es tanto como olvidar esas cosas. No hay límite al nacer, uno se logra y ya. ¿Porqué cubrir de cal lo que a la larga hemos de amar?