No creas que ignoro
lo que tú has sufrido
desde aquel instante
en que te dijeron,
temblando los ojos,
que a tu compañero
por aquellas calles
ya se lo llevaron,
está prisionero.
No sé qué se siente
con este castigo,
cuando al hombre tuyo,
ese que tú quieres,
padre de tus hijos,
amor compartido,
se lo llevan lejos,
atadas las manos,
perdido el sentido.
Te pido, no llores,
porque el enemigo
se ríe del llanto
cuando es su delito;
de aquí desde lejos
me llega tu pena,
terrible mensaje
que me trae el viento
de las salitreras.
Tenha acesso a benefícios exclusivos no App e no Site
Chega de anúncios
Badges exclusivas
Mais recursos no app do Afinador
Atendimento Prioritário
Aumente seu limite de lista
Ajude a produzir mais conteúdo